Fueron dos horas impresionantes.
Gente y más gente pasano delante mío, todos con una misma idea en la cabeza. Intentar aportar un granito de arena que termine de una vez por todas con las muertes.
No voy a hablar de las ausencias, que hablan por si solas, sino de los sentimientos.
De la gente aplaudiendo a los colectivos ecuatorianos a su paso, de banderas de España mezcladas con banderas de Ecuador. De padres con niños de dos años pasando al lado de parejas de ancianos, y jóvenes. Personas solitarias y grupos de amigos. Políticos y gente de calle.
Todos ellos con un sueño, terminar con la violencia de forma pacífica.
miércoles, 17 de enero de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario